María Belén Ibáñez Justiniano es recordada por sus docentes de la UPSA como una estudiante brillante, con una gran actitud y compromiso social. Se graduó en 2013 de la carrera de Psicología, en la Facultad de Humanidades y Comunicación.

María Belén comenta que tras finalizar su carrera universitaria en la UPSA decidió continuar sus estudios en el exterior, aunque no tenía claro el área de especialización cuando partió hacia Estados Unidos.

Cuenta que una de sus grandes pasiones son los animales, eso la llevó a involucrarse como voluntaria en la Fundación “La Ventana de los Cielos”, en Miami, una Fundación de Ricardo Montaner para niños y jóvenes con capacidades especiales y de zooterapia. También se unió a la Fundación Horse Boy, en Nueva York. Con el trabajo en ambas Fundaciones, más los estudios realizados en la Universidad de Denver y en Carolina del Norte, al retornar a Bolivia se encontró ante un panorama de oportunidades y necesidades que atender.


“La discapacidad sigue siendo un tabú, las familias se encuentran desamparadas, con mucha desinformación y escasos recursos. En otros países hay muchas formas de brindar apoyo terapéutico y educativo, mientras en Bolivia seguimos con las terapias que dan buenos resultados, pero que ya no abastecen”, sostiene.


Comenzó a trabajar en el Club Hípico Santa Cruz con familias que ya habían escuchado o leído sobre los beneficios de la intervención con animales, en particular caballos. Así nació el Centro de Equinoterapia “Volare”, que se ha convertido en una plataforma que desarrolla terapia y actividades asistidas con caballos y otros animales.


Consultada sobre los recursos que aplica en su labor diaria, respondió: “La licenciatura en Psicología es y siempre va a ser mi base. Lo que más aplico de mi capacitación académica en la UPSA es el espíritu emprendedor con el que me formaron y la visión administrativa que te marcan en esos cinco años de estudio. No es un camino fácil, pero creo que la UPSA te prepara para enfrentarte a la realidad con todas las habilidades necesarias”.


Sus compañeras apuntan que María Belén pudo haber seguido una carrera exitosa como comunicadora corporativa, debido a sus habilidades y carisma, empero, ella optó por el compromiso social de trabajar con personas que precisan terapias. Ella explica su decisión: “Cada quien escoge sus batallas y yo soy creyente de que vinimos al mundo por un fin mayor. Transmití eso al equipo, que a su vez lo transmite a los voluntarios”.

 

Respecto a Volare, explicó que es un emprendimiento privado, de carácter social y que apoya a todos sus participantes hasta donde los límites le soportan, porque es una actividad aún desconocida y en ocasiones por esa desinformación no es valorizada. Volare dio paso a la la Fundación Conectando Vidas (FUNCOVID) y el objetivo es incluir a otras instituciones con fines altruistas.


Entre sus planes, María Belén contempla un programa llamado "La Equitación para Todos", con becas para que familias que no pueden acceder al servicio de la Terapia Asistida -por factores económicos- puedan hacerlo de manera gratuita y con los mismos estándares profesionales que marcan la diferencia de su trabajo ya no solamente en Bolivia sino también en Latinoamérica.

 

¡Muchas felicidades, María Belén, por tu aporte y compromiso!